Monseñor Ricardo Oscar Faifer, Obispo de Goya, visitó el jueves el Concejo Deliberante y entregó a los ediles copias del Documento “Hacia un Bicentenario en Justicia y Solidaridad”. Leyó algunos párrafos del mismo, los instó a trabajar en el fortalecimiento democrático, e hizo una bendición con el deseo de una Navidad de paz y compromiso comunitario y un buen año “a pesar de que se intuye será difícil”.
La Presidente del HCD Mabel Barrile de Martínez, recibió a Monseñor luego de que estuviera en el DEM, y en el Salón de Comisiones junto al resto de los concejales presentes, mantuvo una reunión con la máxima autoridad eclesiástica de la Diócesis, quien explicó que “en la última reunión del Episcopado, en el mes de noviembre (tienen dos por año, la primera después de Pascua), preocupados por servir desde la fe en Jesucristo a nuestro país, lo que ofrecemos con sinceridad, vocación y mucho respeto aceptando la pluralidad, veníamos pensando como ofrecer algunas reflexiones y propuestas de trabajo en orden a visualizar un Bicentenario más justo, más solidario, con una mayor realización de nuestro pueblo”, dijo y presentó y distribuyó copias del documento “Hacia un Bicentenario en Justicia y Solidaridad”, que dijo es fruto de la reflexión y “de un corazón de pastores porque queremos a nuestra gente, sin que sea una respuesta totalmente armada, sino que lo pensemos entre todos mediante el diálogo respetuoso que aporta a la riqueza de la ciudadanía”, y leyó algunos puntos del mismo, en especial los contenidos en el subtítulo “¿Qué estilo de liderazgo necesitamos hoy?” y mencionó las “Metas a alcanzar a la luz del Bicentenario”.
MABEL BARRILE DE MARTÍNEZ
Sobre el final de la reunión, la Presidente del Concejo Deliberante, Mabel Barrile de Martínez, le expresó al Obispo Ricardo Oscar Faifer su agradecimiento “porque nos sentimos honrados y muchas veces nos sentimos acompañados, incluso en el trabajo de las defensas donde tuvieron una participación amplia”, dijo y le pidió en nombre de todos los ediles una bendición de Navidad y Año Nuevo.
TRABAJAR UNIDOS
Pidió Monseñor que “puedan trabajar muy unidos, en el marco del respeto y dentro del diálogo respetuoso, beneficiando los principios de todos.
Que tengan una Navidad digna, bendecida por el Señor, y un Año Nuevo con esperanza, aunque sabemos, creemos que será un año difícil, y que necesitaremos fortalecer los ánimos y el corazón con la presencia del Señor que nos ilumine para reforzar el ánimo para seguir con el servicio, cada uno en el lugar que le corresponde”, indicó.
Mencionó que conoció y tuvo amigos militantes que se empobrecieron con la política, a modo de ejemplo de lo que significa como servicio, y pidió que “estemos todos a la altura del momento de nuestro camino”, y realizó la mención solicitada por Mabel Barrile de Martínez, invitando a los presentes a rezar el Padre Nuestro, pidiendo por la comunidad en general y porque la política esté al servicio de la gente.
ESTILO DE LIDERAZGO
Leyó con especial atención los siguientes puntos contenidos en el subtítulo denominado ¿Qué estilo de liderazgo necesitamos hoy?:
“En un cambio de época, caracterizado por la carencia de nuevos estilos de liderazgo, tanto sociales y políticos, como religiosos y culturales, es bueno tener presente esta concepción del poder como servicio. Como Iglesia, este déficit nos cuestiona. En un continente de bautizados, advertimos la notable ausencia, en el ámbito político, comunicacional y universitario, de voces e iniciativas de líderes católicos, con fuerte personalidad y abnegada vocación, que sean coherentes con sus convicciones éticas y religiosas”.
El siguiente punto expresa que por eso “es fundamental generar y alentar un estilo de liderazgo centrado en el servicio al prójimo y el bien común. Todo líder, para llegar a ser un verdadero dirigente ha de ser ante todo un testigo. El testimonio personal, como expresión de coherencia y ejemplaridad hace al crecimiento de una comunidad. Necesitamos generar un liderazgo con capacidad de promover el desarrollo integral de la persona y de la sociedad. No habrá cambios profundos sino renace, en todos los ambientes y sectores, una intensa mística de servicio, que ayude a despertar nuevas vocaciones de compromiso social y político. El verdadero liderazgo supera la omnipotencia del poder y no se conforma con la mera gestión de las urgencias. Recordemos algunos valores propios de los auténticos líderes: la integridad moral, la amplitud de miras, el compromiso concreto por el bien de todos, la capacidad de escucha, el interés por proyectar más allá de lo inmediato, el respeto de la ley, el discernimiento atento de los nuevos signos de los tiempos y, sobre todo, la coherencia de vida”.
El tercer ítem que extrajo del documento el Obispo Faifer, indica que “Alentamos a los líderes de las organizaciones de la sociedad a participar en la reorientación y consiguiente rehabilitación ética de la política. Les pedimos que se esfuercen en ser nuevos dirigentes, más aptos, más sensibles al bien común, y capacitados para la renovación de nuestras instituciones. También queremos reconocer con gratitud a quienes luchan por vivir con fidelidad a sus principios. Y a los educadores, comunicadores sociales, profesionales, técnicos, científicos y académicos, que se esfuerzan por promover una concepción integral de la persona humana. A todos ellos les pedimos que no bajen los brazos, que reafirmen su dignidad y su vocación de servicio constructivo. Uno de los mayores desafíos de nuestro tiempo es recuperar el valor de la sana militancia”.